La lucha duró hasta el 3 de julio cuando Castillo Armas tomó la capital y dio inicio a un largo período de dictaduras militares. Tras su marcha el presidente de la Fundación pasó a ser Aurelio Martínez, hasta el momento vicepresidente económico, y Amadeo Salvo, vicepresidente deportivo trabajaría conjuntamente y de forma provisional con el director deportivo del club, Braulio Vázquez, hasta la elección de un nuevo consejo de administración.